Adaptaciones del lince

¿Qué adaptaciones tiene el lince?

¿Qué adaptaciones presenta el lince?

En algunos puntos remotos de la Península Ibérica, en aquellos sitios inaccesibles para el ser humano o protegidos de su acción destructora, como en el Parque Natural de Doñana, en la cordillera de Sierra Morena, en los Montes de Toledo o en la Sierra de Gredos, todavía podemos encontrar pequeñas poblaciones del mayor felino de la fauna mediterránea, el lince.

El lince es el carnívoro mejor adaptado al medio formado por los matorrales mediterráneos de brezales y jaras y de los bosques mediterráneos de encinas y alcornoques. Éste se trata de un medio que por sus duras condiciones impone las más perfeccionadas y exitosas innovaciones al lince y a las otras criaturas que lo pueblan. Este mamífero reúne todos los atributos que necesita un depredador de tamaño medio para prosperar en el matorral mediterráneo.

Gracias a sus especiales adaptaciones anatómicas, este depredador es capaz de enfrentarse con presas más grandes incluso que él; algunas de ellas superan ampliamente su peso, como el corzo (el lince pesa entre 10 y 13 kg según el sexo, mientras que el corzo tiene un peso de entre 20 y 30 kg)

El lince caza en solitario un amplio abanico de presas, desde el ratón hasta el corzo, pasando por el conejo, reptiles y aves, como palomas torcaces. Con ello consigue evitar la competencia de otros congéneres.

  • Existe un gran parecido entre el lince y el búho real, pues ambos animales son grandes cazadores nocturnos que se mueven en los mismos hábitats. Científicamente, a este fenómeno de semejanzas pese a tener una evolución independiente se le conoce en biología como evolución convergente.

* Información relacionada: Características del lince

Mimetismo del lince

Las manchas negras que conforman el pelaje del lince le proporcionan un perfecto mimetismo que lo hace prácticamente invisible a los ojos de sus presas, gracias al juego de luces y sombras de la maleza. El corto y denso pelaje le permite moverse sin dificultad entre los espinosos arbustos de los matorrales mediterráneos, como la aliaga (Aulaga morisca).

Las inhiestas orejas del lince están rematadas en su extremo por un pincel de pelos con el objetivo de descomponer al máximo la silueta redonda de los pabellones auriculares del mamífero.

Las grandes patillas que le dan al lince una apariencia tan soberbia dan un mayor mimetismo al animal.

No tiene cola, ya que no la necesita, pues su técnica de caza no requiere de la cola como elemento de estabilización. Con ello, evita delatarse a sus presas a través de este apéndice corporal.

El tamaño del lince no es excesivamente grande para pasar inadvertido entre el monte bajo.

Las acolchadas y robustas patas proyectan al lince gracias a su potente musculatura sin producir ningún ruido perceptible.

Armas del lince para la caza

Los pabellones auriculares del erizo son auténticas pantallas capaces de captar el más leve sonido en el ambiente. El lince tiene como dice el refrán tiene «vista de lince» y posee una gran capacidad para ver con poca luz en el ambiente. Con ello, consigue localizar muy bien a sus presas, que se esconden en el monte bajo.

Este animal está provisto de poderosas garras con afiladas y largas uñas, que, como el resto de felinos, salvo el león, tienen capacidad retráctil, por lo que permanecen perfectamente ocultas en sus vainas y sólo se proyectan hacia el exterior cuando unos músculos especiales tiran de ellas en el momento del combate.

Tiene unas cortas mandíbulas formadas por poderosos músculos masticadores con las que dan fuertes mordiscos para terminar el trabajo de aprehensión de las garras.

Orejas con las que espantar a los parásitos

Se cree que los pinceles de las orejas del lince están formadas por cerdas parecidas a los pelos del final de la cola de los ungulados, como la vaca o la oveja, lo que hace pensar que pueden cumplir en el caso del felino depredador una misión análoga a la de la cola de los ungulados, es decir, la de ahuyentar a los molestos insectos parásitos, como moscas o tábanos.

Como el lince no puede valerse de su corta cola para espantarlos, le bastará con volver ligeramente la cabeza y agitar las orejas para poder deshacerse de ellos.

* Información relacionada: Adaptaciones de los animales

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Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

4 agosto, 2021

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