Adaptaciones de las lombrices intestinales

¿Qué adaptaciones tienen las lombrices intestinales?

Reservas energéticas de las lombrices intestinales

La principal reserva de nutrientes de las larvas preparásitas, tanto si se encuentran en el interior del huevo como si se hallan libres, son las grasas.

La capacidad infectante de los parásitos depende de la cantidad de grasas y cuanto más reservas de grasas tengan las larvas más infectantes serán. Las larvas de los nematodos tienen un metabolismo aeróbico, mientras que los nematodos adultos tienen que metabolizar los hidratos de carbono de forma anaeróbica por glucólisis o por descarboxilación oxidativa, de forma aeróbica.

Los parásitos adultos almacenan la energía en forma de glucógeno como la mayoría de animales. Un parásito adulto puede tener el 20% de su peso en forma de glucógeno.

* Ver más sobre: Características de las lombrices intestinales

Reproducción de las lombrices intestinales

Las lombrices intestinales o nematodos se reproducen siempre sexualmente y pueden reproducirse por huevos o por larvas, por lo que pueden ser ovíparas o vivíparas. La triquinela (Trichinella spiralis) es un ejemplo de parásito vivíparo. Los oxiuros son parásitos ovíparos porque ponen huevos.

La mayoría de los nematodos tienen ciclos vitales directos. En el ciclo directo, el estadio infestante se desarrolla dentro del cascarón protector del huevo, como en Oxyuris sp, Ascaris sp. o Toxocara sp. Sin embargo, en el ciclo directo, las larvas pueden evolucionar en el medio ambiente, experimentar dos mudas y la infección se produce por ingestión de la larva L3. Este es el caso de Hemonchus sp.

Después de la infección, el parásito experimenta dos mudas más hasta alcanzar la larva L5 o adulto inmaduro. Con la cópula se inicia un nuevo ciclo biológico. El desarrollo de las larvas de cada especie de nematodo se produce en regiones específicas del tubo digestivo.

Aunque la humedad ambiental sea muy baja, en las heces o en la superficie del suelo puede haber un microclima propio lo suficientemente húmedo como para permitir el desarrollo de las larvas. Además, los estrongiloideos y los tricostrongiloideos están preparadas para que sus larvas L3 puedan sobrevivir en condiciones adversas como desecación o congelación. En cambio, las larvas L1 y L2 son muy vulnerables.

Ciertos parásitos dentro una misma población experimentan una inhibición de su desarrollo larvario para evitar las condiciones climáticas adversas llamada hipobiosis. En los países de clima temperado, esta inhibición suele coincidir con el invierno o con periodos de sequía.

* Ver más sobre: Adaptaciones de los parásitos

Más información sobre las lombrices intestinales.

Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

22 julio, 2021

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