Recomendaciones para la malaria

Dietoterapia para muchos síntomas de la malaria

naranjas
La vitamina C de las naranjas favorece la absorción del hierro

Recomendaciones especificas según la sintomatología

La malaria afecta a diferentes sistemas de nuestro organismo causando posibles y diversas problemáticas. Con una alimentación adecuada podemos minimizar las consecuencias de éstas, al mantener las estructuras y órganos de nuestro cuerpo lo más sanos, resistentes, nutridos y fuertes posibles, para que el daño sea el menor posible.

A continuación se citan una serie de recomendaciones nutricionales, en función de la posible sintomatología y complicaciones que suelen presentar las personas afectadas con malaria.

Si el paciente de malaria presenta síntomas de edema pulmonar

La vitamina B1 y los alimentos ricos en ella, favorecen la eliminación de líquidos retenidos en las vías respiratorias causantes de edemas.

Anemia crónica

Realizar una alimentación con alimentos ricos en hierro, puede ayudar a generar más fácilmente los glóbulos rojos en nuestro organismo y minimizar la gravedad de la anemia, provocada por la destrucción constante de los eritrocitos provocada por los parásitos.

Si consumimos dichos alimentos ricos en hierro conjuntamente con alimentos ricos en vitamina C, su absorción será mayor.

Hemorragias internas

Evitar alimentos ricos en vitamina K, para controlar la coagulación sanguínea. Cuando se cursa la enfermedad de la malaria, las hemorragias pueden ser causadas tanto por los parásitos (sangre en las heces), como por el tratamiento (Quinina, entre otros).

No debemos tomar muchos alimentos ricos en ésta vitamina, como coles y verduras de hojas verdes oscuras, gracias a su efecto anticoagulante, puede resultar perjudicial para controlar dichas hemorragias.

Alteraciones en los riñones

Realizar una alimentación que no genere más trabajo del necesario a dicho órgano vital, para no sobrecargarlo más, pues está eliminando constantemente toxinas generadas por la infección parasitaria.

Evitar alimentos y bebidas que contengan sustancias alcaloides que debe depurar el riñón, como el café y el

A causa de la fiebre, la necesidad de hidratación está aumentada. Por lo que, el consumo de líquidos de nuestra dieta, ya se debe haber sido aumentado. Lo cual, favorecerá una mayor dilución de las toxinas, que facilitará su eliminación a través de los riñones.

Alteraciones neurológicas

Para prevenir dichas afectaciones, dentro de lo posible, podemos realizar una suplementación con DHA(ácido docosahexaenoico), es un ácido graso esencial, que proviene del pescado azul y que forma parte de casi la mitad de la estructura nerviosa cerebral.

Si bien es cierto que nuestro cuerpo puede sintetizarlo a partir de EPA (ácido eicosapentaenoico) o del ácido linolénico, más conocidos como ácidos omega 3, a través de alimentos como las semillas y aceite de lino, las nueces y el aceite de nueces, etc. pero en el caso de ya padecer la enfermedad de la malaria, es preferible asegurar que la dosis no sea insuficiente, administrando por ejemplo, suplementos de perlas de DHA, con una dosis (cuantificada) funcional y terapéutica.

Alteraciones en el bazo

El bazo es el órgano responsable mantener limpia la sangre, es decir, destruye los eritrocitos (glóbulos rojos) que están viejos, pero en este caso también elimina parte de los glóbulos rojos que están infectados, y genera glóbulos rojos sanos y nuevos.

También es responsable del sistema inmunitario de nuestro cuerpo y de generar defensas contra los patógenos externos.

Por lo tanto, si existe alguna alteración de éste órgano, no podrá realizar correctamente sus funciones. Con lo cual, debemos realizar una alimentación rica en alimentos antiinflamatorios para contrarrestar la inflamación y el dolor que la acompaña.

Pero también, debemos realizar una alimentación que ayude a la producción de defensas para combatir la enfermedad, facilitando así las tareas de éste órgano, que es más que probable que esté colapsado.

Alteraciones en el hígado

Realizar una alimentación con un bajo contenido en grasas, para no generar más trabajo del necesario a dicho órgano vital y no sobrecargarlo más.

Ya que a diferencia de los riñones o el bazo, el hígado, además de estar eliminando constantemente toxinas generadas por la infección parasitaria que residen en el torrente sanguíneo, también se debe regenerar a sí mismo de la destrucción de células que ha sufrido, por la replicación y maduración parasitaria.

punto rojoMás información sobre el la malaria o paludismo.

Este artículo ha sido avalado por Elisenda Carballido - Dietista nutricionista. Postgrado en Fitoterapia y máster en Nutrición y Metabolismo.
Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

14 agosto, 2020

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