Cuidados y cría del jerbo

El jerbo como mascota

Características del jerbo

Jerbo
Foto de jerbo.

El jerbo es un animal esbelto, con un cuello muy corto, unos ojos bastante grandes y redondeados y unas orejas pequeñas y ovaladas. Las patas traseras son más largas que las delanteras para permitirle el salto. Este pequeño roedor mide 12 cm sin incluir la cola y unos 10 cm únicamente la cola. La cola está cubierta de pelo.

El jerbo en su origen tenía el color de su forma salvaje, pero poco a poco, con una crianza especializada, se han ido creando más y más variedades. Existen jerbos con el pelaje negro, lila, albino, agutí, etc.

El jerbo recibe también el nombre de rata del desierto, y de hecho, está emparentado con las ratas, pues ambas especies son múridos, así como los ratones. Sin embargo, el hámster pertenece a otra familia, la de los cricétidos.

Costumbres del jerbo

El jerbo es un animal sociable y amistoso. Nunca morderá, a no ser que se sienta apresado y no encuentre otro medio de escape. Es un animal muy curioso. Es frecuente ver a nuestro jerbo erguido sobre sus patas traseras para inspeccionar lo que ocurre a su alrededor. Sin embargo, el jerbo no es un animal que se deje acariciar, pues es demasiado inquieto y movido. No obstante, se le puede acostumbrar a ser cogido para que no reaccione saltando de la mano que lo intenta coger.

Es una especie gregaria, es decir, que viven en grupo, por lo que es difícil mantener a un único ejemplar. Si es así, puede manifestar problemas de conducta. Deberemos adquirir un mínimo de una pareja de jerbos para evitar dicho problema. Cuanto más ejemplares mejor, siempre teniendo en cuenta el espacio disponible. Es recomendable introducir a los jerbos desde pequeños para evitar peleas, que podrían acabar con la muerte de algún animal. El jerbo se reconoce por el olor, de ahí que si separamos a uno del resto del grupo puede que sea rechazado cuando volvamos a introducirlo en dicho grupo y habrá una pelea. Por lo tanto, no es nada aconsejable separar a un jerbo del grupo.

A diferencia de otros muchos roedores, el jerbo se muestra activo tanto de noche como de día.

Este roedor se protege tanto del calor intenso como del frío del desierto en túneles que él mismo excava.

El jerbo habita en los desiertos de Mongolia y el norte de China.

El jerbo tiene una longevidad de entre 3 y 5 años.

Frente a otros roedores, el jerbo tiene la ventaja que no huele.

¿Qué come el jerbo?

En estado salvaje, este animal se alimenta de semillas, flores, hojas, raíces e insectos.

A nuestro jerbo le daremos pienso mixto especial para jerbos como base y como suplemento le proporcionaremos alimento vivo como gusanos de la harina. Podemos ofrecerle también muy de tanto en tanto huevo cocido o galletas para perros. Además, le ofreceremos un poco de fruta y verdura, como manzana, brécol o zanahoria. Le daremos estos alimentos en pequeñas cantidades para evitar diarreas. Evitaremos darle ruibarbo, cebolla y hojas de patata.

El jerbo, como adaptación a vivir en zonas donde el alimento es escaso y pobre en proteínas, tiene un sistema digestivo adaptado a una dieta baja en proteínas. Por dicho motivo, este animal está acostumbrado a una dieta frugal. No es para nada aconsejable una dieta abundante en semillas de girasol, cacahuetes u otros frutos secos o, de lo contrario, puede padecer de obesidad.

Deberemos proporcionar a nuestro jerbo paja en abundancia porque la fibra es muy importante para la digestión de los roedores.

Le pondremos la comida seca cada día; si es posible a la misma hora, y la fruta y la verdura 2 o 3 veces a la semana.

Este roedor conserva muy bien el agua que ingiere de los alimentos ya que produce unas heces muy secas y una orina muy concentrada. Sin embargo, es bueno que siempre tenga agua a su disposición.

Material necesario para el jerbo

  • Jaula de barrotes o acuario.
  • Arena como sustrato, además de virutas de madera y heno.
  • Nido para pájaros, tiesto o caja de madera.
  • Piedras grandes con formas irregulares o raíces.
  • Arena para gatos.
  • Botella de agua.
  • Ramas de sauce o de algún árbol frutal.

Preparación del terrario del jerbo

Deberemos tener en cuenta que el jerbo es un gran saltador a la hora de evitar fugas. Por otra parte, no tiene que verse interrumpida la ventilación. Además, la tapa debe ser lo suficientemente resistente como para que el roedor no la dañe con sus dientes.

Al jerbo le encanta cavar, por lo que le proporcionaremos un buen lecho de arena en el fondo de la jaula y añadiremos un poco de virutas de madera y heno.

Le proporcionaremos a nuestro animal un nido para descansar. Un tiesto boca abajo puede servir.

Para ejercitar sus habilidades escaladoras, incluiremos elementos decorativos como piedras grandes irregulares o trozos de raíces.

Para el jerbo, no son muy aconsejables las ruedas giratorias porque se le puede enredar su frágil cola y se le podría romper. La cola del jerbo no es como la de los reptiles. Una lesión en la cola tiene consecuencias para siempre, pues no se vuelve a regenerar.

Le pondremos a nuestro jerbo un contenedor con arena en un rincón de la jaula para que pueda lavarse; algo que le encanta.

Pese a que en estado salvaje pocas veces bebe este animal, le instalaremos una botella de agua para que pueda beber a su voluntad.

Para que nuestro jerbo pueda roer, colocaremos en la jaula alguna rama de algún árbol frutal o de sauce.

Mantenimiento del jerbo

El jerbo produce una cantidad muy baja de excrementos y de orina y únicamente elige una zona para hacer sus necesidades. Por lo que bastará con limpiar una vez a la semana a fondo el rincón donde el jerbo elige hacer sus deposiciones. El resto, se limpiará una vez al mes.

Sin embargo, si tenemos muchos jerbos, deberemos hacer una limpieza con más frecuencia. Los restos de comida que el jerbo no se haya comido deberán ser recogidos a diario.

Adiestramiento y manejo del jerbo

Para coger adecuadamente a un jerbo, con una mano lo sujetaremos por la base de la cola y con la otra mano le sujetaremos por el cuerpo.

Deberemos evitar cogerlo por la cola únicamente, pues se desprenden de ella en caso de peligro como sistema defensivo frente a los depredadores y ya no les vuelve a crecer.

Cría del jerbo

Para distinguir el sexo del jerbo, nos fijaremos con la distancia entre el orificio sexual y el ano. En el macho, esta diferencia es mayor que en la hembra. Además, normalmente, el macho es más robusto que la hembra

El jerbo llega a la madurez sexual entre los 3 y 4 meses de vida y es fértil hasta el año y medio.

La gestación del jerbo es de 24 días. Una hembra pare 4 o 5 crías. Las crías nacen ciegas y sin pelo, pues se trata de una especie altricial. El desarrollo de las crías de jerbo es muy rápido y en una semana ya están cubiertas de pelo. Las crías abandonan el nido antes de las 2 semanas y dejan de mamar a las 3 semanas de vida. Sin embargo, es recomendable dejarlas con la madre 1o 2 semanas más. El macho cumple una función muy importante en la crianza de los pequeños, por lo que no es recomendable separarlo del grupo a no ser que sea absolutamente necesario.

En el el jerbo, como en el hámster, se pueden dar casos de canibalismo, por lo que deberemos proporcionarles la tranquilidad necesaria para su reproducción.

Los jerbos que nazcan dentro del grupo son siempre aceptados por los miembros del grupo.

Se recuerda que el comercio y la tenencia de animales exóticos por parte de particulares en muchos países está regulada por la ley.

Más información sobre el cuidado de otros animales domésticos.

Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

25 abril, 2020

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