Calorías necesarias

CÓMO INGERIR LAS CALORÍAS NECESARIAS

Normas para «quemar» las calorías adecuadamente

Existen una serie de normas que pueden ayudarnos a evitar que los alimentos se metabolicen adecuadamente de manera que no tiendan a almacenarse en nuestro organismo en forma de grasa. Entre todas ellas podemos mencionar las siguientes:

Controlar la ingestión de grasas:

Las grasas, ademas de muchas otras funciones como la protección de los órganos o la absorción de las vitaminas liposolubles, proporcionan energía junto con los hidratos de carbono y las proteínas. Por lo tanto, constituyen un grupo de alimentos necesario para el buen funcionamiento del organismo aunque deben controlarse adecuadamente.

Un exceso de grasa tiende fácilmente a acumularse en el organismo. Debemos pues tomar la cantidad de grasa necesaria y, en su lugar, cubrir las necesidades energéticas del organismo con hidratos de carbono y proteínas que proporcionan una mayor sensación de saciedad durante más tiempo y permiten que nuestro organismo no tenga la necesidad de comer más. Por otra parte el organismo necesita más energía para digerir hidratos y proteinas que para digerir la grasa.

En vez de grandes cantidades de carne animal, podemos encontrar estos componentes en las verduras, las frutas, los frutos secos o los cereales.

Escoger hidratos de carbono complejos:

Dentro de los hidratos de carbono (= glúcidos o carbohidratos) es mejor escoger los complejos a los simples. Es decir aquellos que se absorben más lentamente. Dentro de este grupo se encuentran los alimentos vegetales integrales, como los cereales integrales (arroz, trigo, avena, maíz, etc) y sus derivados (pan integral, copos de avena, harina de maiz, etc); las verduras (acelgas, lechuga, espinacas, berros, etc) y las legumbres y las legumbres (lentejas, soja, alubias, los garbanzos, etc)

Dentro de los hidratos de carbono simples tendríamos alimentos como el azúcar, los productos de bollería, los productos elaborados con harina refinada, los dulces, los helados, etc.

Las frutas (manzanas, peras, melocotones, albaricoques, etc) sería la excepción dentro de este grupo porque, aunque contienen muchos hidratos de carbono simples, como la fructosa, resultan igualmente recomendables dado que también contienen hidratos de carbono simples y otros componentes como vitaminas, minerales o fibra.

Resulta más adecuado comer la fruta entera que el zumo de fruta, dado que este último se elimina la pulpa que tiene una proporción mayor de hidratos de carbono complejos y de fibra que el que queda en el zumo una vez exprimido.

(Más información sobre los hidratos de carbono complejos)

Más información sobre el metabolismo.

Este artículo ha sido avalado por Elisenda Carballido - Dietista nutricionista. Postgrado en Fitoterapia y máster en Nutrición y Metabolismo.
Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

22 abril, 2019

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