Dejar de fumar engorda

DEJAR DE FUMAR PUEDE CONLLEVAR UN AUMENTO DE PESO

¿Se engorda después de dejar el hábito de fumar?

Al dejar el hábito de fumar suele producirse un aumento de peso. Se ha constatado que durante los 4 primeros meses después de dejar el hábito de fumar se suele engordar unos 4 kilos. Este tipo de aumento es «normal» y en ningún momento debe constituir un motivo de preocupación.

El porcentaje de personas que engordan el doble, es decir unos 8 kilos, es mucho menor (sobre un 5 %). Un aumento de estas características se sale de lo que se consideraría » normal» y debe tenerse en cuenta.

Aumentos entre 12 y 15 kilos son menos frecuentes y responden a malos hábitos alimentarias más que a las consecuencias del abandono del tabaco.

¿Por qué se suele engordar después de dejar el hábito de fumar?

Existen diferentes teorías sobre los motivos que producen un aumento de peso cuando se abandona el hábito del tabaco. La principal es que, cuando se deja de fumar, se produce en el organismo un estado de ansiedad que, entre otras consecuencias se manifiesta en un deseo de ingerir más alimentos, especialmente alimentos con muchas calorías (dulces, pasteles, helados, frutos secos y alimentos ricos en hidratos de carbono en general. (Véase efectos de dejar de fumar en el listado inferior)

Hay que tener en cuenta que la nicotina posee propiedades estimulantes que aceleran el metabolismo produciendo un mayor consumo de calorías. Por otra parte la nicotina también elimina la sensación de hambre y el placer por la comida dado que » adormece» las papilas gustativas y el el sentido del olfato, por lo que los alimentos para las personas fumadoras no se perciben tan aromáticos ni tan sabrosos como para las personas que no fuman.

Con todo ello, no es de extrañar que las personas, cuando dejan de fumar, sientan la necesidad de comer más y disfruten más de la comida, con el consecuente aumento de peso inicial, hasta que el organismo se acostumbra al nuevo cambio y estabiliza la ingesta de calorías.

También se ha mencionado que el hábito de fumar crea una necesidad de ponerse en la boca algo para chupar. Una necesidad que se hace más urgente cuando se abandona el hábito del tabaco. Los cigarrillos electrónicos o los chicles de nicotina tienden a cubrir estas carencias. Algunas personas comentan que se han sentido muy aliviados con el simple hecho de mantener entre los labios un mondadientes o mordisquear un caramelo sin azúcar después de las comidas.

¿Debemos seguir fumando para no engordar?

En absoluto resulta indicado utilizar el tabaco para no engordar. La ganancia de peso que habitualmente se obtiene durante los primeros cuatro meses después de dejar el tabaco, se vuelve a reducir a medida que desaparecen el nerviosismo, la ansiedad y otros síntomas negativos producidos por el síndrome de abstinencia del tabaco .

Con esta vuelta a la normalidad, la adopción de una dieta adecuada y la práctica de ejercicio habitual se puede conseguir dejar de fumar y que el organismo recupere su peso ideal.

Esto deben tenerlo en cuenta especialmente aquellas personas cuyo peso durante los 6 primeros meses posteriores al abandono del tabaco aumente por encima de lo que sería habitual, es decir esos 3 o 4 kilos.

¿Qué es lo que no se debe hacer? ¿Cómo conseguir reducir el aumento de peso cuando dejamos de fumar?

Existen una serie de conductas que resultan adecuadas y otras que no deberían adoptarse para evitar engordarse después de dejar el tabaco:

Iniciar una dieta de adelgazamiento durante el periodo de deshabituación: Durante un periodo aproximado de medio año, más o menos, el organismo está demasiado nervioso y presenta demasiadas necesidades para someterlo al estrés que supone una dieta para perder peso.

Lo ideal es mantener una dieta equilibrada en la que se la ingesta de calorías sea menor que la que se realizaba mientras se fumaba.

En esta dieta es importante utilizar principalmente alimentos con poca grasa y ayudarse de alimentos diuréticos y relajantes. Una buena ingestión de agua y el abandono de estimulantes deben tenerse en cuenta (Véase dieta para dejar de fumar en el listado inferior)

Evitar los malos hábitos vitales y alimentarios: Las personas que siguen aumentando de peso y superen estos 3 o 4 kilos habituales que suelen ganarse al dejar de fumar deberán revisar profundamente sus hábitos de vida y su alimentación. Este tipo de aumento suele responder a que estas personas realizan muy poco ejercicio e ingieren alimentos que son muy ricos en calorías.

Evitar dietas de adelgazamiento durante el embarazo: Las personas embarazadas no deberían hacer dietas de adelgazamiento. Las personas fumadoras embarazadas tampoco deben recurrir a dietas de adelgazamiento con la intención de no engordar.

Evitar el uso de estimulantes: Durante esta época de estrés el uso de estimulantes, como el café, el té o las colas, puede aumentar la tensión y crear una necesidad mayor de volver a fumar o de ingerir más alimentos.

Más información sobre el tabaquismo.

Este artículo ha sido avalado por Elisenda Carballido - Dietista nutricionista. Postgrado en Fitoterapia y máster en Nutrición y Metabolismo.
Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

5 enero, 2022

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