Tipos y características de las cremas solares

Cremas para las quemaduras del sol

¿Qué son las cremas solares?

Para protegernos del efecto pernicioso de los rayos ultravioleta podemos optar por cubrir nuestro cuerpo mediante ropa o prendas que lo protejan (sombreros, gorras, etc.) o utilizar una crema solar.

Las cremas solares son filtros que permiten exponer nuestra piel al sol de manera que esta pueda broncearse adecuadamente y, al mismo tiempo quede más protegida de las quemaduras, de los eritemas, del envejecimiento o del desarrollo de melanomas.

Muchas personas no utilizan estas cremas porque suponen que su uso disminuye el bronceado, lo cual es falso dado que en realidad permiten que la piel se broncee adecuadamente, que los efectos del bronceado duren más y que la piel no sufra los efectos negativos de los rayos.

¿Qué tipos de piel deben utilizar cremas solares?

La utilización de cremas solares es necesaria para todos los tipos de piel, aunque las pieles morenas contienen más melanina y se encuentran más protegidas. (La melanina es un pigmento natural que protege la piel contra la acción de los rayos ultravioleta) Las personas con cabellos negros y piel oscura poseen más melanina que las personas con cabellos castaños, rubios o pelirrojos y piel blanca. Todo ello no quiere decir que las personas morenas no deban protegerse sino que el índice de protección de su crema solar será menor.

Existen los siguientes tipos de piel según el mayor o menor grado de melanina.

Tipo 1: Corresponde a las personas muy blancas con ojos azules que enrojecen mucho en contacto con el sol y que no llegan a broncearse. (Tipo semialbino)

Tipo 2: Corresponde a las personas de piel clara con ojos claros o azules, rubios o pelirrojos y que enrojecen fácilmente y se broncean poco en contacto con el sol. (Tipo nórdico)

Tipo 3: Corresponde a las personas de piel blanca, pelo castaño y ojos castaños, que enrojecen en contacto con el sol y se broncean un poco. (Tipo caucásico)

Tipo 4: Corresponde a personas de piel morena, pelo moreno y ojos oscuros. Enrojecen muy poco y se broncean fácilmente. (Tipo mediterráneo)

Tipo 5: Corresponde a personas de piel muy oscura, pelo moreno y ojos oscuros que no parecen enrojecer y se broncean intensamente (Tipo seminegro)

Tipo 6: Corresponde a personas de piel negra que no enrojecen aunque si que se broncean (Tipo negro)

¿Qué tipo de piel tiene más riesgos de ser dañada por el sol?

Los tres primeros tipos son los que están expuestos a un riesgo mayor por estar menos protegidos contra las radiaciones ultravioleta. La mayoría de las personas que desarrollan melanomas pertenecen a este tipo de personas que también son las más propensas a sufrir quemaduras solares.

Debemos tener en cuenta que las radiaciones son acumulativas y que pueden producir resultados no deseados al cabo de muchos años de exposiciones continuadas.

Dentro de este grupo de especial riesgo tendríamos que incluir a los niños pequeños cuya piel es muy sensible a la acción de los rayos solares y que deben ser siempre muy protegidos. (Factor de protección por encima de 20) En este caso hasta los 2 o 3 años de edad, se debe considerar que todos los niños pertenecen al tipo 1 de piel. dentro del mismo grupo de personas sensibles se encuentran los ancianos.

Se ha demostrado que la aplicación de cremas solares durante los 18 años primeros de vida disminuye en un 75 % las probabilidades de sufrir cáncer de piel.

¿De qué otros factores depende el uso de cremas solares?

Además del tipo de piel, el uso de una u otra crema solar dependerá de la cantidad de radiación recibida por la persona. Esta depende, además del tiempo de exposición de otra serie de factores. Entre los principales se encuentran:

El momento del día y el periodo del año : Cuando los rayos solares inciden perpendicularmente tienen un poder mayor. A mediodía es cuando la radiación solar es más importante, por lo tanto deberemos procurar evitar exponernos en aquellas horas cuando el sol se encuentra en su punto más álgido. Entre las 12 y las 3 de la tarde, hora solar, es cuando tenemos que ser especialmente precavidos. Más del 50 % de la radiación solar se recibe en el espacio comprendido entre las 12 y las 2 horas del mediodía. Dependiendo del periodo del año también la radiación es mayor o menor. Con ello no se quiere decir que en invierno no debamos protegernos del sol.

La latitud: A medida que nos acerquemos al Ecuador el sol llega más perpendicularmente a la tierra, por lo tanto los países que se encuentren a lo largo de este paralelo o cerca de el son los que recibirán mayor radiación solar.

La altura con respecto al nivel del mar: la atmósfera constituye una capa que filtra los rayos solares. A medida que subimos de altura la protección frente a los efectos nocivos del sol es menor. Es muy peligroso tomar el sol en la alta montaña porque los rayos ultravioleta son muy intensos. La protección en este caso debe ser más elevada. A 2000 m de altura hay de un 20 a un 25 % más de radiación ultravioleta.

El estado del cielo: Un cielo libre de nubes permite el paso de los rayos solares más fácilmente que un cielo nublado. Las nubes disminuyen la intensidad de los rayos ultravioleta al actuar como filtro.

La reflexión de la luz: La cantidad de radiación que una persona recibe depende también de la que recibe reflejada por el lugar donde se encuentra. Así, por ejemplo, un paisaje nevado puede reflejar hasta el 80 %, la arena de la playa suele reflejar un 15 % y hasta un 25 %, el agua.

El uso de medicamentos o remedios fotosensibles: Ciertos medicamentos, especialmente aquellos que contienen hormonas – medicamentos contra el acné, píldoras contra el embarazo -, los antibióticos, los medicamentos contra la hipertensión o la diabetes, etc pueden sensibilizar la piel haciendo que esta reaccione más fácilmente frente a la radiación solar. Este tipo de medicamentos, al igual que el uso de ciertas plantas como el hipérico, producen fotosensibilización, por lo que pueden ser responsables de la aparición de manchas, enrojecimiento e incluso heridas en la piel.

¿Qué es el índice ultravioleta?

En la mayoría de los países, en la televisión o en los periódicos, se publica el Índice Ultravioleta (IV) que es el que nos dice los valores de riesgo medios frente a la exposición solar. Según estos índices una exposición puede suponer un riesgo bajo, moderado,alto o extremadamente alto. Este tipo de índice supone un consejo para evitar exposiciones demasiado prolongadas o, en caso de exponerse, tomar las precauciones y protecciones adecuadas.

Índice ultravioleta
TipoValoresProtección eficaz
Bajo1, 2No se necesita protección. Se pueden realizar libremente actividades al aire libre.
Moderado3, 4Se necesita protección. Colocarse a la sombra durante las horas de máxima luz. Hay un eslogan muy conocido que los australianos han creado para disminuir los cánceres de piel que dice: «Slip on a shirt, slop on sunscreen, slap on a hat = meterse en una camisa, utilizar bronceador y colocarse el sombrero»
Alto5, 6, 7
Muy alto8, 9,10Evitar las horas de máxima radiación, Asegurarse en buscar sombra y protegerse obligatoriamente con ropa, protector solar y sombrero.
Extremado11 o más

Factor de protección solar. ¿Cúanto tiempo se puede estar al sol?

El factor de protección solar nos indica cuando tiempo podemos estar expuestos al sol sin quemarnos. El cuadro siguiente muestra las recomendaciones más habituales del factor de protección solar según el tipo de la piel.

Factor de protección solar
Tipo 1de 20 a 30
Tipo 2de 12 a 30
Tipo 3de 8 a 12
Tipo 4de 4 a 8
Tipo 5de 2 a 4

Mediante el factor de protección solar podemos saber el tiempo que podemos permanecer al sol sin enrojecernos. Para ello multiplicaremos los minutos que podemos permanecer al sol sin utilizar protección por el factor de protección solar. Por ejemplo, si podemos estar 5 minutos sin enrojecer y lo multiplicamos por un factor de protección 12 tendremos como resultado 60 minutos de protección.

Tipos de cremas solares

Existen dos tipos de cremas de protección solar:

Inorgánicas: constituidas por óxidos de cinc o titanio. Consiguen desviar los rayos solares. Son poco agresivas para la piel por lo que resultan aconsejadas para los niños.

Orgánicas: son los que estas constituidas por moléculas fotoprotectoras que absorben los rayos solares.

Es importante que estos protectores solares sean resistentes al agua y que no pierdan su eficacia con el roce de la piel con la ropa, la arena o cualquier objeto.

¿Cómo aplicar las cremas solares?

Las cremas solares deben aplicarse sobre la piel limpia y seca. Deben extenderse uniformemente sobre toda la superficie que ha de ponerse en contacto con el sol una media hora antes de la exposición. La costumbre de colocarse la crema en la playa con la piel mojada y sin dejar este espacio de tiempo para que esta actúe determina que la validez de las aplicaciones no sea totalmente adecuada.

Es importante que las cremas utilizadas sean del tipo llamado » de amplio espectro» es decir que nos protejan contra las radiaciones UVA y UVB. La aplicación de estas cremas debe ser abundante para que proteja adecuadamente. Según la Organización de Consumidores, la mayoría de las personas se aplica unos 15 g como media, lo cual supone la mitad de crema de la que sería necesaria. Para un adulto se necesitarían unos 35 g o el equivalente a unas 2,5 o 3 cucharadas soperas.

En la playa, hay que asegurarse que estas cremas estén preparadas para aguantar los efectos del agua, aún así es importante volver a aplicarse las mismas cada 2 o 3 horas. Junto al mar hay que tener en cuenta que tanto el agua como la arena son superficies muy reflectantes por lo que hay que incrementar el factor de protección para dar más seguridad a la aplicación.

La costumbre de refrescarse con agua cuando se tiene la piel caliente no garantiza la protección contra los rayos solares. Muy al contrario, mojarse con agua incrementa los efectos negativos del sol al actuar las gotas de agua como lupas. El uso de otros productos naturales para aumentar el bronceado puede agravar los efectos del sol, especialmente cuando utilizamos componentes que pueden resultar fotosensibles, es decir que aumentan los efectos del sol.

Es conveniente una protección especial en las horas de máxima radiación – entre las 10 y las 3 horas de la tarde – aunque durante estas horas sería mejor situarse a la sombra y evitar los rayos solares. En todo caso, aplicar crema solar uniformemente y repetir la operación cada dos horas.

En días con nubes debe seguir aplicándose la protección conveniente puesto que los rayos solares las atraviesan sin que nos demos cuenta. Solamente estando bajo cubierta sólida y protegida por paredes se garantiza una protección real contra la acción de los rayos ultravioleta. Debemos utilizar crema cuando nos situamos debajo de una sombrilla pues la arena y el agua reflejan los rayos. Igualmente debemos protegernos, cuando tenemos el cuerpo parcialmente introducido en el agua puesto que los rayos solares atraviesan el agua.

Las personas que ya están bronceadas también deben protegerse mediante cremas solares, puesto que, aunque la piel ya no enrojece, los rayos ultravioleta consiguen penetrar en la mismas ejerciendo sus efectos negativos.

¿Protegen las cremas solares completamente?

Según los dermatólogos las cremas solares no protegen completamente de los efectos nocivos de los rayos del sol. La mejor protección contra el sol es evitar los rayos solares y protegerse de los mismos.

Sin embargo, en la sociedad actual, donde se valoran tanto las actividades al aire libre y donde se da tanta importancia al aspecto de una piel bronceada, las cremas solares constituyen la segunda forma de protección contra los efectos negativos del sol. Son muchos los dermatólogos que piensan que el factor de protección utilizado por la gente es demasiado bajo. En general piensan que este nunca debería ser menor de un 20.

Los especialistas de la piel insisten en que nunca se debe prolongar la exposición al sol más allá de lo necesario bajo la excusa de que nuestro cuerpo se encuentra protegido por una crema solar.

Igualmente consideran que, siempre que sea posible, independientemente del uso de cremas solares,deberíamos buscar protección en un lugar cubierto y, en su defecto, deberíamos utilizará ropas que nos protejan del sol – mejor el poliéster que el algodón o el lino-. Aconsejan proteger la cabeza con un sombrero o una gorra y utilizar gafas de sol con una protección adecuada contra los rayos ultravioleta.

En todo caso recomiendan consultar con el dermatólogo o farmacéutico el tipo de protección solar que deberían utilizar antes de exponerse al sol.

* Información relacionada: Dieta para el bronceado, Aceite de Argán para las quemaduras solares, Deshidratación,

Punto rojoMás información sobre los problemas de verano y su tratamiento natural.

Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

28 marzo, 2019

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