Cría de la artemia

Cultivo de la artemia

Características de la artemia

Artemia salina
Dibujo de artemia salina© Botanical-online.com

Las artemias o camarones de salmuera son crustáceos de tamaño pequeño. La artemia salina mide, por ejemplo, entre 1 (a veces algo menos) y 1’5 centímetros, según la edad y las condiciones ambientales. La salinidad del agua es uno de los factores ambientales que influye en el crecimiento de las artemias. A menores índices de salinidad del agua se ha visto que las artemias que viven en ellas son más grandes que aquellas que viven en aguas más saladas. No obstante, existen artemias muchos más pequeños como la Artemia parthenogenetica que mide unos 3 mm de longitud.

En las artemias es frecuente hablar de endemismos, puesto que existen especies que viven en zonas muy restringidas y concretas del mundo. Un ejemplo de ello es la Artemia monica que solamente vive en un lago californiano, el Lago Mono, de ahí su nombre científico o la Artemia persimili, endémica de Argentina.

No obstante, también hay artemias que tienen una gran área de distribución, como la Artemia franciscana, que vive en todo el mundo, excepto en la Antártida; el único continente donde es imposible encontrar a este crustáceo. Aunque, originalmente, esta especie de artemia vivía solamente en América. En Europa, podemos encontrar de forma salvaje (junto con la introducida Artemia franciscana) a la Artemia tunisiana, que también vive en Asia.

La Artemia parthenogenetica vive en Europa, en varias salinas de Italia, la mitad oriental de España, el sur de Francia, en Grecia o en Turquía. También existió en Europa la Artemia salina, en las salinas de Lymington, en el sur de Inglaterra aunque terminó por extinguirse. Sin embargo, en la actualidad, la Artemia salina, sin contar con los ejemplares criados en cautividad en todo el mundo, vive en muchos puntos del planeta y la podemos ver de forma salvaje en el centro de Asia, la India, en el Mar Caspio (en realidad es un lago de agua salada), en los Estados Unidos, en el sur de España, en Túnez, en Australia e incluso en Groenlandia.

Las artemias son unos animales muy antiguos, en la época de los dinosaurios ya existían estos pequeños crustáceos.

Las artemias tienen fototropismo positivo, o lo que es lo mismo, sienten atracción a la luz como las plantas. Podremos darnos cuenta de esta propiedad de las artemias cuando en iluminar una zona concreta del recipiente donde viven las artemias se dirigen a ellas nadando de una forma muy curiosa, de espaldas. Pero es la forma normal de nadar de estos crustáceos siguiendo trayectorias rectas que solo abandonarán cuando algo les asuste, en cuyo caso cambian de forma brusca de recorrido. También es habitual que estos animales naden a contracorriente.

Cómo alimentar a la artemia

Podemos alimentar a las artemias con una gran variedad de ingredientes, puesto que estos invertebrados son animales filtradores no selectivos.

El alimento inerte se puede proporcionar a las artemias como una mezcla homogénea de harina de arroz o de trigo, germen de trigo, salvado de arroz, harina de soja, yema de huevo, alga espirulina y levadura natural.

Como alimento vivo, a las artemias se les puede dar rotíferos o microalgas, cultivándolas para ello en un recipiente con agua marina y un poco de fertilizante de las plantas.

Condiciones de cría de la artemia

La temperatura óptima se encuentra entorno a los 25ºC.

El pH debe ser básico (alrededor del 8’5) y el agua donde están las artemias es importante que se encuentre bien oxigenada.

Aunque estos animales soportan una salinidad muy variada y pueden vivir, por lo tanto, en aguas prácticamente dulces, el agua de su medio siempre es necesario que tenga algo de sal para su supervivencia. Los valores de salinidad más recomendados son aquellos cercanos a los que tienen el Mar Mediterráneo, porque aunque nos pueda parecer extraño tiene una baja salinidad, claro está si lo comparamos con la salinidad de algunas salinas por ejemplo. Para conseguir dicha salinidad añadiremos por cada litro de agua dulce 38 gramos de sal. La sal no puede contener iodo.

Estas condiciones son importantes principalmente para que se dé una eclosión adecuada de los quistes de artemia.

El agua que suministraremos a las artemias puede ser del grifo pero es importante que la dejemos reposar un par de días para que se evapore el cloro.

Reproducción de la artemia

Cuando las artemias alcanzan 1 centímetro de longitud, al cabo de un mes aproximadamente, es cuando están listas para reproducirse, dado que ya tienen el aparato reproductor bien formado.

El corion es la sustancia, producida por una glándula de la artemia, la glándula de la cáscara, que rodea a los huevos y los protege del medio ambiente. Cuanto mayor es la densidad del agua, mayor es la capa de protección de los huevos y también más tiempo necesitan los huevos para eclosionar.

Las artemias macho se diferencian de las hembras porque tienen en la cabeza unas estructuras que les sobresalen, mientras que las hembras tienen unas antenas muy sencillas. Se trata de unas antenas modificadas y desarrolladas para el apareamiento, con ellas el macho sujeta a la hembra. Las hembras tienen a la base de la cola, el útero, que se ve muy engrosado. Observando a las artemias hembras podremos saber si pronto tendremos ya crías de artemia, puesto que cuando las artemias están cargadas de huevos se les puede ver por transperencia en el útero como una mancha de color naranja.

En condiciones ambientales adecuadas la artemia se reproduce por partenogénesis, pero cuando los ambientes son desfavorables para la vida de las artemias, estos animales se reproducen por reproducción sexual como forma de adaptación. La reproducción sexual genera variabilidad genética, y por lo tanto, también genera algunos individuos con características más adecuadas para sobrevivir a un medio determinado. Una salinidad muy alta, acompañado de una situación de escasez de comida, favorece la reproducción ovípara.

Para disponer de los nauplios solamente deberemos vigilar con la salinidad del agua y evitar que sea muy alta. Con una baja salinidad, por ejemplo de 38 gramos de sal por litro de agua dulce, que es la salinidad que tiene el Mar Mediterráneo las pequeñas artemias romperán el cascarón en cuestión de horas.

Las artemias también se pueden reproducir de forma ovovivípara, como algunos reptiles, por ejemplo las víboras.

Cómo hacer eclosionar los quistes de artemia

Podemos utilizar una botella de plástico de 1’5 litros de capacidad y la llenaremos de agua con la salinidad adecuada.

A continuación, introduciremos en la botella los quistes de artemia e iremos removiendo para que se hidraten completamente.

Especialmente durante la eclosión de los quistes, es importante que el agua esté bien oxigenada. Para garantizar unos niveles adecuados de oxígeno en el agua podemos hacer uso de la bomba de aire de los acuarios y conectarla a un tubo de goma.

De otro modo, tendremos que ser nosotros mismos los que oxigenaremos el agua con la ayuda de una pajita y la fuerza de nuestros pulmones. Los resultados, obviamente, son peores que en el caso anterior.

Al cabo de unas 24 horas, se producirá la eclosión de los nauplios que miden menos de 0’5 mm de longitud.

Se recuerda que el comercio y la tenencia de animales exóticos por parte de particulares en muchos países está regulada por la ley.

Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

18 noviembre, 2022

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