Cancer de estómago, nutrición y deficiencias

Nutrición y deficiencias durante y después de un cáncer de estomago

Nutrición para los pacientes del cáncer

A veces les resulta difícil comer bien a los pacientes que hayan sido tratados contra el cáncer de estómago. El cáncer causa a menudo la pérdida de apetito, lo cual es entendible en quienes tengan el estómago afectado o recién operado, que además tengan nauseas, vómitos, dolores en la boca,… o el síndrome dumping, etc.

Los pacientes que han sido sometidos a alguna cirugía del estómago pueden recuperarse, si realizan una alimentación adecuada a sus necesidades.

Alimentación adecuada a sus necesidades individuales

Un ejemplo, es que en caso de inapetencia, es recomendable que coman solamente una cantidad pequeña de alimento a la vez pero realicen varias tomas al día, para poder así aumentar la cantidad de alimento ingerido sin ocasionar más sensación de plenitud, de la que ya tienen.

Para algunos pacientes, el sabor del alimento cambia (tratamiento de quimioterapia), adoptando un gusto a metálico. Es entendible que sean reacios a la ingesta de los alimentos, por resultarles desagradables de sabor, no obstante, la buena nutrición es importante y decisiva, para poder recuperarse.

Comer bien significa conseguir la suficiente energía, la suficiente proteína y la cantidad adecuada de otros nutrientes de los alimentos, que ayudaran a prevenir la pérdida de peso, a tener más fuerza en la recuperación y a reconstruir los tejidos dañados.

Diferencia en la tolerancia del tratamiento

Debemos tener presente que cada persona es diferente y los tratamientos los tolerara de forma distinta, pero lo que también es cierto es que algunos tratamientos contra las células cancerígenas, como la quimioterapia y la radioterapia, etc., no solo atacan y destruyen estas células, sino que también destruyen las células sanas.

Por lo tanto, se requiere tener sumo cuidado de la nutrición de nuestro cuerpo, para poder regenerar dichas células sanas, combatir éstos efectos derivados del tratamiento, que pueden y provocan un serio y severo deterioro en nuestras defensas y estado de salud, aumentando así nuestra resistencia, para poder hacer frente y luchar contra la enfermedad.

Deficiencias nutricionales tras una cirugía

Pasados unos años después de la cirugía por cáncer de estomago, a veces se manifiestan severas disminuciones de peso, debidas a una insuficiente ingesta calórica y que conllevan un déficit a nivel nutricional.

Esto se debe a que aún y realizando una alimentación adecuada, la persona ha sido sometida a una restricción del tamaño de su sistema digestivo y que por lo tanto, su absorción de nutrientes y la nutrición de su cuerpo se ve afectada (disminuida) en mayor o menor medida.

Con el transcurso del tiempo, pequeñas deficiencias nutricionales que inicialmente no se apreciaban, acaban apareciendo de forma más evidente y con sus consecuencias agravadas a causa del tiempo transcurrido. Es decir, durante años, van disminuyendo los reservorios de nutrientes de nuestro organismo, hasta el punto de que aquellos que nuestro cuerpo puede almacenar, han sido utilizados y agotados completamente.

¿Cómo detectar una deficiencia?

Una de las manifestaciones más evidentes de ésta disminución en la absorción de algunos nutrientes, es dicha perdida de peso.

Ésta disminución de peso que suele presentarse en mujeres mayoritariamente, representa una desnutrición que no se suele poder recuperar y cuyas consecuencias son negativas para la salud, para su calidad de vida, para su resistencia frente a otras afectaciones o enfermedades que puedan manifestarse, e incluso para su supervivencia.

Otras deficiencias que también suelen aparecer por disminución del tramo intestinal del duodeno, son por ejemplo, algunos tipos de anemias como la ferropénica, perniciosa o megaloblástica. Por malabsorción del hierro derivada por una deficiencia en la absorción de las vitaminas B9 y/o B12, directamente por deficiencia en la absorción de vitamina B12 y por deficiencia en la absorción de las vitaminas B9 y/o B12, respectivamente.

También suelen aparecer casos de perdida de la segregación de ácidos del estomago (ácido clorhídrico), que implicara una digestión más difícil, esteatorrea (diarrea por malabsorción de las grasas) y malabsorción de algunas vitaminas y minerales.

Dicha perdida de peso, no se atribuye en menor o mayor medida al tipo de anastomosis efectuada, ya que todas ellas implican una resección de tejido, y por lo tanto, su absorción estará afectada negativamente en todas ellas.

Aunque evidentemente, si la resección es mayor, su posibilidad de absorción y asimilación será menor, con lo que si pueden variar algunas deficiencias nutricionales.

Por ejemplo, en una anastomosis tipo Billroth I, el paciente mantiene un tramo de duodeno por el cual seguirá pasando el bolo alimentario, con lo que posiblemente, su absorción sea mayor que en una anastomosis tipo Billroth II, cuyo tramo de duodeno se mantiene, pero el bolo alimentario no pasa a través de él, y por lo tanto, sin posibilidad alguna de absorber nutrientes por dicho tramo.

En ambos casos las secreciones pancreáticas y de la vesícula biliar, son mantenidas y no implican diferencias entre sí, pero teniendo en cuenta que el transito intestinal suele estar muy aumentado, resultan menos funcionales.

Sucede lo mismo con la lactasa, enzima que se segrega en el yeyuno para la digestión, absorción y asimilación de la lactosa (el azúcar de la leche), con lo cual, su tolerancia al alimento (los lácteos) también disminuye considerablemente.

Más información sobre el cáncer gástrico.

Este artículo ha sido avalado por Elisenda Carballido - Dietista nutricionista. Postgrado en Fitoterapia y máster en Nutrición y Metabolismo.
Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

30 octubre, 2022

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