Malas hierbas para los cultivos

Ejemplos de malas hierbas para los campos de cultivo

Vamos a estudiar en este capítulo las malas hierbas desde un punto de vista de la producción. Así pues, consideraremos «malas hierbas» a aquellas hierbas no deseadas que crecen entre cultivos.

En un sentido más amplio, además de las plantas puramente herbáceas, también se incluyen aquí las matas, que son aquel tipos plantas que poseen tallos leñosos en su base y presentan una altura inferior al metro.

Las lechetreznas son malas hierbas habituales de los campos de cultivo a lo largo de toda la temporada.

Las rabaniza es una mala hierba que invade campos de almendros en invierno.

Las maravilla silvestre, el diente de león y la amapola son muy comunes al llegar la primavera.

¿Qué daños o perjuicios ocasionan las malas hierbas a los cultivos?

Las malas hierbas afectan las cosechas porque disminuyen o anulan el desarrollo y la producción de estas últimas. Las malas hierbas son perjudiciales para la agricultura, horticultura o jardinería porque compiten con las plantas específicamente cultivadas quitándoles aquellos principios que les resultan necesarios para poder vivir adecuadamente.

La competencia entre hierbas no deseadas y plantas cultivadas se centra fundamentalmente en una lucha continua por hacerse dueño de uno de los siguientes recursos:

  • Agua: el agua es necesaria para disolver los minerales y poder absorberlos a través de sus raíces, de manera que sean transportados a las hojas donde se va a realizar la fotosíntesis. Igualmente, una vez realizado este proceso, los nutrientes elaborados deberán ser repartidos a lo largo de toda la planta, para que pueda nutrirse adecuadamente. Sin el agua adecuada, el metabolismo de la planta se detiene o se ralentiza y la especie afectada no crece adecuadamente o no produce los frutos deseados.
  • Nutrientes: Las plantas necesitan los nutrientes adecuados en la proporción requerida para vivir en buenas condiciones. Todos los nutrientes son necesarios, por lo que se debe abonar las plantas regularmente para que no presenten deficiencias. Así, por ejemplo, en el caso de falta de nitrógeno se produce el amarillamiento de las hojas y su posterior caída. La planta presenta un desarrollo menor y con pocas hojas. Para enriquecer el suelo en nitrógeno, los agricultores vierten sobre él abonos orgánicos, como el estiércol, nitratos o fertilizantes nitrogenados. Sin embargo, las malas hierbas tienen una gran capacidad para consumir estas aportaciones.
  • Luz: La luz es necesaria para realizar la fotosíntesis. Sin la luz adecuada, al igual que pasaba con el agua, la fotosíntesis se ralentiza o incluso se detiene. La falta de luz, especialmente en plantas rastreras o de tamaño reducido, cubiertas por malas hierbas, puede ocasionar un crecimiento anómalo que se manifiesta generalmente con la aparición de plantas que tienen tallos demasiado alargados, blanquecinos y flojos y con una producción inexistente o raquítica.
  • Plagas y enfermedades: Sobre las malas hierbas pueden vivir muchos insectos, bacterias u hongos que posteriormente se instalan sobre las cosechas. Si no se eliminan las malas hierbas, el tratamiento fitosanitario de las plantas afectadas por plagas o enfermedades no resultará eficaz porque, a la larga o a la corta, los cultivos se verán de nuevo invadidos por individuos que se hospedaban en las malas hierbas. (Más información sobre plagas y enfermedades de las plantas en el listado inferior)
  • Dificultad de laboreo: Para poder cuidar los cultivos adecuadamente deben estar bien limpios. Las malas hierbas dificultan también la recogida de los frutos y obstaculizan el paso del agua a través de los canales de riego.

Quitar las malas hierbas es una faena constante en las labores de cultivo del huerto

Caracoles y babosas son dos de las principales plagas que pueden esconderse entre las malas hierbas.

Tipos de malas hierbas

Tenemos varios tipos o clases de malas hierbas:

  • Malas hierbas anuales: Son aquellas que solamente viven una temporada. Entre estas tendríamos plantas tan comunes como las amapolas o los quenopodios. Son plantas que crecen rápidamente y tienen una duración muy corta. La mayoría nacen, crecen y florecen durante la primavera y verano y producen sus frutos a finales de verano u otoño. De esta manera, pueden dispersar sus semillas antes de que se puedan recoger los frutos de las plantaciones donde crecen. De esta manera aseguran su continuidad para el próximo año.
  • Hierbas bienales: Son aquellas que duran un par de temporadas. En la primera temporada es cuando se produce el crecimiento. En la segunda aparecen las flores y los frutos.
  • Malas hierbas perennes: Son aquellas que viven durante varias temporadas. Todas ellas presentan una serie de recursos que les permiten sobrevivir con mucha facilidad durante años.

¿Cómo deshacerse de las malas hierbas?

El método tradicional más utilizado para luchar contra las malas hierbas es el desherbaje manual, que consiste en utilizar herramientas manuales, como la azada o el escardillo para remover las hierbas del suelo.

Se trata de un método muy válido, perfectamente utilizaba y necesario en pequeños jardines, terrazas huertos o producciones agrarias.

Otro método utilizado en este tipo de producciones puede ser el acolchado o la utilización de herbicidas, aunque este último no resulta conveniente puesto que es más adecuado y posible utilizar los anteriores.

En producciones más grandes el desherbaje manual resulta prácticamente imposible. En este caso, se debe recurrir a un desherbado mecánico, mediante la utilización de maquinaria motorizada y herramientas específicas o a un desherbado químico, mediante herbicidas.

Más información sobre las malas hierbas.

Este artículo ha sido avalado por Julián Masats - Ingeniero técnico agrícola especializado en hortofructicultura y jardinería.
Editorial
Escrito por Editorial Equipo de Botanical-online encargado de la redacción de contenidos

9 diciembre, 2021

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